Expresidente de Audi declara en juicio por fraude de emisiones en Volkswagen

Expresidente de Audi declara en juicio por fraude de emisiones en Volkswagen

Rupert Stadler, expresidente del fabricante alemán de automóviles Audi, negó todos los cargos al declarar por primera vez en el juicio por el escándalo de la manipulación de emisiones en esta marca del grupo Volkswagen.

Ante la Audiencia de Múnich, en Alemania, Stadler aseguró que las acusaciones en su contra son arbitrarias e “infundadas”, además de ignorar los hechos, y acusó al fiscal de “parcialidad” en la causa.

En el juicio, que comenzó en septiembre y será prolongado hasta 2022, se trata de esclarecer las responsabilidades dentro de Audi del escándalo de las emisiones que afectó a todo el grupo Volkswagen, el mayor fabricante de vehículos de Europa.

El exdirectivo se encuentra acusado de un presunto delito de fraude, con falsedad en las certificaciones de los vehículos y publicidad ilegal, por lo que se enfrenta a una pena de cárcel de hasta 10 años.

La Fiscalía lo acusa de conocer sobre la manipulación al menos desde que se destapó el escándalo en Estados Unidos (EU), en septiembre de 2015, y de autorizar sin embargo, que se siguiesen vendiendo modelos de Audi, lo que Stadler negó tajantemente.

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También se sientan en el banquillo de los acusados otros tres ex altos cargos del fabricante de vehículos, entre ellos el exresponsable de Desarrollo de Motores de Audi hasta 2009, Wolfgang Hatz, que ha permanecido durante meses en prisión preventiva.

A cinco años de que se destapó el escándalo en Audi

El juicio comenzó exactamente cinco años después de que se descubrió el escándalo que afecta a cerca de 400,0000 vehículos de Audi, y apenas semanas después de que se conociera el doble procesamiento del hasta entonces presidente del grupo Volkswagen, Martin Winterkorn, acusado de fraude y manipulación de mercado.

En septiembre de 2015, las autoridades medioambientales de EU acusaron al grupo Volkswagen de manipular las emisiones de distintos motores diésel para hacer ver que cumplían los límites de contaminación, concretamente los niveles de óxidos de nitrógeno (NOx).

En los siguientes meses se constató que 11 millones de autos de Volkswagen en el mundo tenían un “software” ilegal que hacía que sus motores emitieran por debajo de los límites, pero sólo cuando se encontraban en un banco de pruebas, porque en carretera la contaminación era mucho mayor.

El “software” desconectaba los filtros del tubo de escape en muchas más ocasiones de lo legalmente permitido, logrando una mayor potencia en los autos, pero con un mayor costo medioambiental.

El escándalo derivó en múltiples causas judiciales para el fabricante. Diversas estimaciones apuntan a que el escándalo le costó ya a Volkswagen casi 38,910 millones de dólares en multas, indemnizaciones y reparaciones.

Por otro lado, los clientes afectados exigieron compensaciones tanto a título individual como en grandes causas colectivas en diferentes jurisdicciones.

Mientras que los accionistas denunciaron a la dirección por ocultarles información crítica para poder evaluar el precio de las acciones. Varios gobiernos forzaron al grupo a reparar los vehículos afectados.

Con información de EFE


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