Vacuna rusa Sputnik V hace nuevo pedido para uso de emergencia en Brasil

Vacuna rusa Sputnik V hace nuevo pedido para uso de emergencia en Brasil

Los responsables de la vacuna rusa contra el coronavirus o covid-19, la Sputnik V del Instituto Gamaleya, presentaron este viernes un nuevo pedido a las autoridades reguladoras de Brasil para su uso en carácter de emergencia en el país suramericano, de acuerdo con información de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).

En un comunicado, la Anvisa indicó que el laboratorio brasileño Uniao Química, con sede en Brasilia y que representa al fondo ruso responsable por el inmunizante, canceló el pedido del 15 de enero y anexó en el reciente los nuevos documentos requeridos por el órgano regulador de Brasil para dar el aval.

“La previsión legal para la conclusión del análisis es de siete días útiles”, pero ese plazo no considera algún tiempo adicional necesario para que el fabricante pueda responder algún tipo de cuestión técnica que sea considerada por el comité evaluador del pedido, resaltó la Anvisa.

Varios estados, como Paraná y Bahía ya cuentan con acuerdos preestablecidos para la compra de los inmunizantes rusos, luego de ser aprobados por el ente regulador.

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El pedido coincide con el anuncio hecho este viernes del Instituto Butantán, de Sao Paulo, sobre la primera vacuna 100 % nacional nombrada Butanvac, que sin requerir de importación de insumos comenzará a ser probada en humanos con la intención de ser fabricada a gran escala a partir de abril con previsión de salir en julio.

Necesidad de más vacunas

Brasil tiene más de 303,000 muertos y 12.3 millones de casos confirmados por la pandemia del coronavirus, siendo uno de los países más afectados en números absolutos. El 18 de enero pasado comenzó su Plan Nacional de Inmunización (PNI) para vacunar a sus poco más de 210 millones de habitantes.

No obstante, la vacunación en la primera dosis fue suspendida varias veces por la falta de inmunizantes en algunas capitales regionales.

Actualmente, Brasil realiza su vacunación en un 90 % con la Coronavac, del laboratorio chino Sinovac, envasada en el Instituto Butantán, que, independiente de su propia vacuna, pretende pasar a producir el inmunizante de China.

La Coronavac es autorizada para el uso en carácter de emergencia y no ha pedido todavía el registro definitivo.

El otro 10 % restante de la inmunización es la Covishield, de la farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca y la universidad británica de Oxford, con dosis importadas de India, pero que el laboratorio estatal Fiocruz ya comenzó a producirla localmente.

La Covisheld cuenta con el registro definitivo en Brasil, al igual que la Tozinameran, del consorcio estadounidense-alemán Pfizer-BioNTech, pero esta última todavía no ha comenzado a aplicarse porque la compra oficial por parte del Ministerio de Salud solo ocurrió este mes.

El laboratorio belga Janssen, brazo europeo de la multinacional estadounidense Johnson & Johnson, también oficializó el pedido para el uso en carácter de emergencia de su vacuna AdVac.

Igualmente, la Anvisa hizo la inspección técnica al laboratorio indio Bharat Biotech, fabricante de la vacuna Covaxin, otra de las marcas que pretende ser adquirida por el Gobierno.

El miércoles, el presidente Jair Bolsonaro garantizó que con esas adquisiciones adicionales y la producción local de los laboratorios estatales Butantan y Fiocruz el país conseguirá en el segundo semestre tener las 500 millones de dosis necesarias para inmunizar a la población.

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Con información de EFE


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