A pesar de que el gobierno de Estados Unidos asegura que los hospitales del país tienen el equipo médico necesario para luchar contra la pandemia del Covid-19, personal médico y administrativo de los centros hospitalarios dicen que existe una escasez de mascarillas N95.

De acuerdo con los médicos, administradores de los centros de salud y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), la escasez de estos cubrebocas y otros equipos comenzó en marzo, cuando la pandemia por coronavirus atacó a Nueva York.

A decir del personal la cadena de suministro sigue sin darse abasto “y en muchos casos las cosas están peor todavía”, dijo la presidenta de la Asociación Médica Americana, Susan Bailey.

Según la directiva, la carencia de las mascarillas N95 se debe principalmente a la escasez de las telas antivirus.

Al inicio de la contingencia la Casa Blanca ignoró las advertencias sobre la futura escasez de este insumo y se demoró meses en firmar contratos con las empresas que los manufacturan. Algunos productores dicen que el gobierno estadounidense aún no ha hecho la inversión necesaria para garantizar estos suministros a largo plazo, según la agencia AP.

Los fabricantes aseguran que se exponen a pérdidas grandes si invierten en materiales, empleados, maquinaria y espacios para aumentar la producción de un artículo que tendrá demanda por un tiempo limiado, y sin garantías del gobierno de que seguirá comprando sus tejidos cuando la pandemia comience a disminuir.

Los productores también aseguran que los cubrebocas N95 se pueden usar solo una vez y deben ser desechados después de ver a cada paciente. Sin embargo, a raíz de esta carencia, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) le dijeron al personal médico que los reutilizara.

El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, también nego que haya escasez y en una entrevista concedida en agosto dijo que la oficina a su cargo puede “enviarle a la gente lo que necesita”.

No obstante, los directores de hospitales aseguran que no están recibiendo estas mascarillas y que la FDA las incluyó en su más reciente lista de equipo médico que escasea.

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