Penacho no era de Moctezuma, afirma un experto en Viena

Penacho no era de Moctezuma, afirma un experto en Viena

Christian Schicklgruber, director del Weltmuseum de Viena, asegura que el penacho de Moctezuma no perteneció al emperador de los mexicas, sino que fue usado por un sacerdote.

“Definitivamente, el penacho no era de Moctezuma. Era de un sacerdote (…) Moctezuma nunca llevó un penacho como ese”, indicó sobre el penacho que ha sido motivo de discusión entre México y Austria, cuyo valor es incalculable y una pieza tan delicada que no es posible trasladarla a territorio mexicano.

Parte de la leyenda cuenta que el penacho, compuesto de miles de plumas de Quetzal unidas por centenares de placas de oro, fue un regalo cerca de 1519 por el propio Moctezuma a Hernán Cortés, quien a su vez lo obsequió a Carlos, soberano de España y Austria.

Hay otra historia que asegura que el penacho fue parte del botín sustraído por Cortés durante la conquista en México; pero en ambas historias, se desconoce cómo llegó a Austria.

“La primera vez que se menciona es en 1596, en el inventario de la colección del castillo de Ambras en Tirol”, indicó sobre el penacho Gerard van Bussel, responsable de la colección de América del Norte y Central del museo. Después se sabe que fue trasladado a Viena en el siglo XIX, donde permanece.

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El presidente Andrés Manuel López Obrador ha reactivado la petición de México de restituir el penacho a México. Esta semana, AMLO anunció en su cuenta de Twitter haberle pedido a Beatriz Gutiérrez Müller, su esposa que estaba de gira por Europa, que “insistiera” en la devolución del penacho al presidente de Austria, Alexander van der Bellen.

“Se lo han apropiado por completo (…) ni a Maximiliano de Habsburgo se lo prestaron cuando nos invadieron e impusieron al llamado Segundo Imperio Mexicano”, escribió López Obrador.

El Ministerio de Cultura de Austria analiza la petición, pero el museo aconseja no trasladarlo.

El penacho y su fragilidad

“Son plumas de 600 años de antigüedad, en un estado muy, muy frágil”, advierte Schicklgruber, quien afirma que su museo está en condiciones de cuidarlo lo mejor posible, así como de mantenerlo.

Schicklgruber recuerda el esfuerzo del Weltmuseum por preservar el penacho, el único de su tipo que se conserva en todo el mundo: “Invertimos cerca de 80,000 euros en el expositor. Incorpora un sistema mecánico muy sofisticado que lo protege de cualquier tipo de vibración, incluso las que produce la gente al caminar”, explica.

La delicadeza del penacho es tan grande que ni siquiera se moverá dentro del museo para incluirlo en la exposición itinerante “Aztecas”, que abre este jueves sus puertas en Viena luego de una primera parada en Stuttgart.

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En el caso de que la tecnología avanzara lo suficiente como para permitir el traslado del penacho, Shicklgruber se muestra a favor de “prestarlo” a México, aunque sólo es 100 % seguro.

Para Schicklgruber, el penacho constituye un “legado compartido” entre México y Austria; hasta los mexicanos que presenten su pasaporte a la entrada del museo pueden entrar gratis a contemplarlo.

Incluso, para muchos mexicanos el penacho es una cuestión de identidad, un símbolo que cobra especial relevancia de cara a las festividades del 2021, año en que se celebrará el bicentenario de la Independencia y los 500 años de la conquista española.

“Para nosotros es muy simbólico, es nuestra identidad, y creemos que nos pertenece y nos gustaría tenerlo en la Ciudad de México”, explica a EFE Ricardo Sánchez, un mexicano de visita en Viena, quien además, al igual que sus connacionales, piensa que la negativa de trasladar el penacho al país es puramente político.

“Lo asocias, lo escuchas, lo dice la gente en la mesa de la comida. Es la leyenda. ‘Está en Viena’, dicen, ‘¿Y qué hace allá?, nos lo robaron’. Es un tema emotivo”, opinó Elías Calva, otro ciudadano mexicano que visitaba la muestra.

Con información de EFE