En Milán comienzan este viernes su segundo confinamiento por la pandemia del coronavirus o Covid-19 entre resignación y frustración, luego de que el Gobierno de Italia decretó el cierre de las regiones septentrionales de Lombardía, cuya capital es Milán, Piamonte y el Valle de Aosta, y la meridional Calabria.
Lo anterior, es una medida con la que el Gobierno italiano intenta frenar los contagios del coronavirus y que impuso a las regiones con más casos, aunque este segundo confinamiento es algo más blando que el que vivió el país durante la primavera.
De acuerdo con los últimos datos, Lombardía registra cerca de 10,000 nuevos contagios en las últimas 24 horas, y Milán es la provincia más afectada.
Desde este viernes cerraron las tiendas, restaurantes y bares; está prohibido viajar a otras regiones y salir de casa si no es para trabajar, llevar a los niños al colegio o por motivos urgentes o de salud, pero continúan abiertos los supermercados, las fábricas y otras actividades como las peluquerías, estancos, farmacias, quioscos y guarderías, así como los colegios para la educación primaria.
“Era previsible que volviéramos a una situación como esta, pero si es necesario para mejorar se hace. Yo por ejemplo trabajo y me puedo mover, pero lo mínimo… ¿qué le vamos a hacer? Estamos todos igual”, explicó una joven en Milán.
Esas medidas incluyen el confinamiento domiciliario para las zonas marcadas como alerta roja. Hay 4 regiones: Lombardía (incluyendo Milán), Piamonte, Calabria y Valle de Aosta. Comienzan este mismo viernes.https://t.co/RRcTB0ydL0
— ngb padel (@ngbpadel2) November 5, 2020
Lombardía es la región más afectada por la pandemia del coronavirus, por encima de Piamonte y el Valle de Aosta, que acumulan más de 4,000 y 3.000 al día, respectivamente; Calabria tiene un precario sistema hospitalario pese a que sus casos diarios no superan los 500.
“Es como una herida que se ha cicatrizado pero que sigue ahí… Es necesario ir adelante, levantar la cabeza y continuar”, comenta otra mujer de Lombardía, que afirma que ella y su familia tuvieron que cambiar sus formas de trabajo y estudio para adaptarse a la nueva realidad por la pandemia.
Otra señora reconoce que la gente en Milán se toma peor este segundo confinamiento y critica al Gobierno y a las autoridades regionales que pudieron actuar con rapidez para evitar otra situación de encierro, la cual dañará a la economía de la zona, motor económico del país.
“Pero se adaptan y respetan (las medidas de prevención) porque todos los que están en la calle veo que llevan la mascarilla. Tendremos que ver qué hacen los jóvenes, porque por desgracia el problema siempre está ahí… por las noches van a los parques, se juntan y transmiten lo que no deberían transmitir”, admite.
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Desde este viernes, Italia está dividida en tres: en regiones amarillas, naranjas y rojas de acuerdo con los indicadores de peligrosidad que maneja el Gobierno y que desataron las críticas de todos los presidentes regionales.
Italia acumula más de 800,000 casos de contagio totales, entre ellos 40,000 muertos desde el inicio de la pandemia a nivel nacional.
Con información de EFE