Uno de los aspectos que sin duda llevarán tu negocio a la cima del éxito es el valor diferencial, y te decimos cómo gestionarlo.

Crear valor diferencial en tu negocio se trata de agregar rasgos significativos a los productos o servicios que ofreces, mismos que deben satisfacer las necesidades de los clientes y además darle un plus.

Los emprendedores que crean valor diferencial, es decir, aquellos que construyen el producto, dan cuenta de un beneficio que se traduce en generar una buena facturación y que al mismo tiempo sea sustentable. Por eso, te mostramos cómo se lleva a cabo la gestión diferencial, para conseguir el valor agregado de tu producto.

Cuando se cubre una necesidad real de aquellos consumidores que buscan cubrirla y que están dispuestos a pagar por obtener dicho producto es el inicio de demostrar que tu producto y servicio cuenta con un valor diferencial, ya que éste presenta rasgos que los clientes prefieren.

Fuentes de valor diferencial

Conocimiento profundo y detallado: Si llevas a cabo un análisis exhaustivo de las necesidades de quienes serán clientes como parte central te dará las respuestas de lo que tu producto o servicio debe ofrecer. Además reconocerás cuáles son las características de tu negocio para crear el producto que cubra las necesidades de tus clientes, asimismo, podrás ubicar y construir planes que se diferencien de la competencia real y potencial.

Creatividad e innovación: estas estrategias sirven para aprovechar los vacíos de la oferta de producto existente, agregar al menor costo posible los diferenciales de valor, presentar el proyecto a los inversores potenciales y convencerlos de que se transformen en reales. Asimismo para generar la comunicación que posicione el producto, porque demostrarás los beneficios de obtenerlo. La etapa ideal sería la capacidad de crear futuro, es decir, diseñar la adecuación e instalación del producto a largo plazo.

Capacidad financiera: para reconocer la situación economica que se mueve alrededor de tu producto es necesaria la investigación y actualización del mismo. Hacer estudios de mercado, producción, correcciones, comunicación y posicionamiento, distribución, venta en condiciones de mercado y reinversión, todo lo anterior es un trabajo de conocimiento, análisis e investigación.

Curiosidad y eficacia: las necesitarás para pasar los límites considerados políticamente correctos, desafiar el status quo y desarrollar lo impensado por la mayoría alineada y obediente. Piensa en que hay muchas formas de hacer las cosas, claro que el límite está en no pasar de mala manera por encima de los demás, sino estableciendo las ventajas de tu producto y diseñando estrategias auténticas para venderlo y construirlo.

Pasión: un producto puede ser muy bueno, pero si el emprendedor no cree en él y no lo muestra con orgullo, los clientes difícilmente lo harán. Así que lo más importante es que al tener el conocimiento total de tu servicio y verificando que cubre lo que que tus clientes buscan, apuesta por él.

Una vez que conoces estos principios para agregar valor a tu producto, es importante que sepas que al llevarlas a cabo, será posible formularlas como componentes propios de un sistema de gestión que permite liberar resistencias y generar el panorama adecuado para que las fuentes demuestren su potencial.

Y para conseguir la cima del éxito en tu negocio, la gestión de la organización debe remarcarse con los valores culturales que estimulen la búsqueda de lo nuevo, no temer a equivocarse o tener errores, porque éstos se pueden convertir en fortalezas, aprendizaje y experiencias para mejorar tu producto.

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