Las consecuencias económicas de la elección en Estados Unidos

Las consecuencias económicas de la elección en Estados Unidos

Todo parece indicar que el próximo presidente de Estados Unidos será Joe Biden, quien obtuvo 306 votos electorales (se requieren 270 para ser presidente) en las elecciones pasadas. No obstante, analistas de Banorte consideran tener en cuenta que el sistema electoral estadounidense es complejo y que el proceso no terminará hasta la toma de posesión del nuevo presidente el próximo 20 de enero.

Si bien el Presidente Trump ha interpuesto varias inconformidades en distintos estados, solamente faltan 22 estados por certificar los resultados de la elección, previo a la votación formal del colegio electoral, que tendrá lugar el 14 de diciembre.

A partir de esta fecha, y hasta el 23 de diciembre, los electores de cada uno de los estados tienen que emitir su voto para presidente y vicepresidente, el cual se enviará al presidente del Senado. El conteo de dichos votos, en donde se entiende tienen el mismo sentido que lo emitido a partir del voto popular en cada estado, se haría el 6 de enero en una sesión conjunta del Congreso y en la que se hará la declaratoria oficial.

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Congreso dividido

En el Congreso, la Cámara de Representantes quedó en manos de los demócratas con 232 votos electorales contra 182 de los republicanos (todavía hay 21 distritos en los que no se sabe el resultado). En el Senado, todavía falta que se lleve a cabo una segunda ronda de elecciones en Georgia, que cuenta con dos escaños, para poder definir el color de esta cámara.

A la fecha, los demócratas tendrían 48 escaños, mientras que los republicanos tendrían 50 votos, uno menos de los necesarios para tener mayoría. Si los dos escaños en juego en Georgia van a los demócratas, la cámara estaría dividida, en cuyo caso el voto decisivo lo daría la vicepresidenta, Kamala Harris, por lo que se podría considerar que el Senado también sería demócrata.

Implicaciones en la recuperación económica

Para los analistas de Banorte, el desarrollo de los acontecimientos durante el proceso electoral ha dejado varias lecciones, entre otras, como dijo Joe Biden en su primer discurso tras la elección, que: “…si podemos decidir no cooperar, también podemos decidir cooperar. Creo que esto es parte del mandato del pueblo americano. Quieren que trabajemos juntos…”.

Falta todavía por ver si efectivamente se tendrá ese clima de cooperación en ambos lados del Congreso. La primera prueba vendrá con la aprobación del paquete fiscal, que se dejó pendiente para después de la elección.

Antes del receso por del Día de Acción de Gracias, parece que se había llegado a un acuerdo por un paquete 1.4 billones de dólares, lo que evitaría un shutdown el mes que entra. Cabe mencionar que dicho paquete es de menor magnitud al que se hubiera esperado en caso de que los demócratas hubieran arrasado la elección.

Sin embargo, falta esperar cuál es el resultado de las negociaciones, aunque el tema tiene relevancia en el contexto de que podría determinar la fuerza de la recuperación de la actividad económica en Estados Unidos.

A decir de Banorte, cualquier escenario que se plantee para el año que entra pasa por el control de la pandemia lo que, con el avance anunciado sobre las diferentes vacunas, parece que tendrá lugar a mediados o finales del año que entra.

De esta manera, la expectativa de crecimiento para Estados Unidos el año que entra es de alrededor de 4.3% anual.
“El estimado de recuperación en la economía americana está incorporado en nuestro pronóstico de crecimiento de 4.1% anual para la economía mexicana, cuya producción manufacturera guarda una fuerte correlación con la de Estados Unidos, particularmente en términos de la producción de bienes duraderos”, explicaron los analistas.