Crédito bancario al sector privado se sitúa en mínimos históricos

Crédito bancario al sector privado se sitúa en mínimos históricos

Hoy el Banco de México publicó su reporte sobre agregados monetarios y actividad financiera de diciembre del 2020, en el que destaca que el crédito bancario al sector privado no financiero se contrajo 4.6% año a año (a/a) en términos reales.

Al interior, la desaceleración se debe a una disminución adicional en el crédito al consumo (-11.5% a/a) y empresarial (-4.5% a/a). Sin embargo, vivienda fue ligeramente más fuerte, en +5.3% a/a.

La debilidad generalizada de la actividad, en conjunto con una mayor incertidumbre tras el aumento en el número de casos de Covid-19 y el bajo apetito por crédito en general, impulso los préstamos de consumo y empresariales a la baja. En este sentido los corporativos cayeron 4.5%, hilando ocho meses de desaceleración.

“La falta de un panorama más claro está resultando en un enfoque de mayor cautela por parte de las empresas, situación que podría extenderse hasta que el proceso de recuperación ya se encuentre bastante en marcha”, comentan los analistas de Banorte.

Sectores, con tendencia a la baja

En el detalle, 6 de 13 sectores mostraron un desempeño más débil en comparación con noviembre, destacando minería (-38.0% desde -22.7%), bienes inmuebles (-0.8% desde 4.0%) y transporte (-7.4% desde -3.5%).

Por el contrario, algunos de los que mejoraron fueron ‘otros servicios’ (12.1% desde 8.9%) y medios masivos (0.3% desde -1.3%).

Los analistas destacan que la tendencia a la baja continúa a pesar de un dato con relativa fortaleza en el PIB del 4T20, con una sorpresa al alza, tanto en industria como servicios a pesar de un entorno más complejo al cierre del año.

La vivienda, por su parte, se aceleró a 5.3% desde 4.6% en noviembre. Al interior, el rubro de interés social se debilitó aún más (-15.4%), mientras que el residencial aumentó a 6.9%.

Crédito al consumo en su peor nivel

El crédito al consumo cayó 11.5%, su peor nivel desde abril de 2010. Prácticamente casi todos los grandes rubros empeoraron, con debilidad persistente en tarjetas de crédito (-14.2%), créditos personales (-21.0%) y otros (-10.4%).

Mientras tanto, los bienes duraderos (-1.9%) –con cierto soporte de otros (+31.1%)– y la nómina (-6.0%) presentan un mejor desempeño en el margen.

“Creemos que el deterioro en las condiciones epidemiológicas, en conjunto con un panorama todavía incierto está pesando en la demanda por crédito. Pensamos que las familias están retrasando gastos fuertes ante preocupaciones sobre la posibilidad de un impacto en las condiciones de empleo o en caso de necesitar recursos si se contagian del virus”, señalan los analistas de Banorte.

Morosidad en el consumo, también en máximos históricos

El índice de morosidad, en tanto, aumentó marginalmente a 2.9% de la cartera total. Esto representa un alza de 10pb respecto a noviembre. Al interior, la morosidad del consumo aumentó a 5.3% desde 5.0%, su nivel más alto desde mediados de 2010.

Por su parte, en el crédito empresarial mejoró en 10pb a 1.8%, mientras que la vivienda fue más estable en 3.3% (previo: 3.2%).

De acuerdo con los especialistas de Banorte “Aunque hay un efecto negativo sobre las cifras por el efecto de base conforme el crédito total disminuye, consideramos que las familias y las empresas están atravesando una situación difícil, impactando su capacidad de pago. A pesar de esto, creemos que las acciones realizadas por los bancos –incrementando sus índices de capitalización– así como por los reguladores, tales como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Banxico y la Secretaría de Hacienda, deberían evitar disrupciones mayores al sistema bancario”.

Expectativas al corto plazo no son las mejores

Los expertos consideran que el crédito se mantendrá en terreno de contracción en el corto plazo, con mayores riesgos para la actividad. El principal determinante sería el reciente repunte en los contagios, con diez estados actualmente en semáforo ‘rojo’.

“En este contexto, creemos que el sector más expuesto podría ser el crédito al consumo, con las medidas de confinamiento resultando en el cierre de establecimientos no esenciales. También algunos sectores empresariales podrían verse afectados”, agregan los analistas de Banorte.

No obstante, señalan que, en el mediano plazo, el dinamismo debería regresar beneficiado por el impulso de la demanda externa y una mejoría gradual de las condiciones domésticas. Sin embargo, y más relacionado con el consumo, aún existe incertidumbre sobre la recuperación del empleo y los salarios, lo cual añade riesgos para este rubro.

En las empresas, probablemente será más necesario tener un plan definido de cuándo podrían regresar a tener utilidades y subsanar las debilidades en su posición financiera, para después reanudar planes de expansión.

Por otra parte, y relativamente más aislado, es probable que la vivienda continúe estable, con tasas de crecimiento moderadas en el horizonte.

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