La Alianza Latinoamericana de la Cannabis (Alcann) considera que regular el cannabis puede rescatar a México ante la crisis generada por la pandemia del Covid-19.
“Las asociaciones que integramos la Alianza Latinoamericana de la Cannabis (Alcann) reconocemos la necesidad de organizarnos, para trabajar juntos en torno a la aprobación de la Ley Federal para la Regularización del Cannabis”, dice un comunicado.
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De acuerdo con el documento, la Alcann busca “que la aprobación de La Ley tome en cuenta los derechos de todos los mexicanos, así como el potencial médico e industrial de la planta en beneficio del país”.
La Alcann propone 5 modificaciones a la ley:
- Eliminar la criminalización de la posesión simple y reducir multas.
- Reclasificar todos los cannabinoides que no son psicotrópicos, para no someterlos al control sanitario de estas sustancias, distinguiendo claramente entre el cáñamo y la marihuana.
- Facilitar la exportación de cannabis y establecer un impuesto a la importación que proteja los intereses de las y los productores nacionales.
- Dar un porcentaje de licencias justo y digno para los pueblos indígenas.
- Que las licencias para cáñamo sean sometidas a requisitos mínimos y a trámites sencillos, en beneficio de la salud y economía de México.
“Creemos que de hacer estas modificaciones, la aprobación de la Ley podría ayudar a contrarrestar el impacto de la actual crisis generada por la pandemia del Covid-19”, dice el documento.
Propiedades medicinales
A finales de 2020, la ONU aprobó uno de los mayores cambios en política de drogas de las últimas décadas al reconocer las propiedades medicinales del cannabis y eliminar esa planta de la clasificación de los estupefacientes más peligrosos, aunque su consumo con fines recreativos sigue prohibido.
La mayoría simple de los 53 Estados de la Comisión de Estupefacientes -el órgano Ejecutivo de la ONU en políticas de drogas- decidió retirar el cannabis y su resina de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961.
En ese convenio, el cannabis estaba hasta ahora clasificado en las listas I y IV, esta última reservada a las drogas más peligrosas y bajo control más estricto, como la heroína, y a las que se otorga escaso valor médico.
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