Acaba con los gastos hormiga y los gastos vampiro

Acaba con los gastos hormiga y los gastos vampiro

Muchas veces en cuanto a finanzas personales se refiere, las personas tienen perdidas monetarias por falta de cultura financiera, misma que no es enseñada en la escuela, junto con la ausencia de hábitos de ahorro que permitan tener un mejor manejo del efecto.

Es por ello que michas veces se presentan en las finanzas personales de muchos mexicanos los llamados gastos hormiga, al igual que los gastos vampiros. Para que aprendas a identificarlos y lo más importante, evitarlos, en Mundo Ejecutivo te presentamos un par de consejos para lograr dicho objetivo.

Tanto los gastos vampiro como los gastos hormiga, hacen referencia a gastos innecesarios realizados ya sea de manera diaria, semanal, quincenal o mensual y que representan un grave peligro para ti y tu cartera.

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Crédito: Pixabay

Cabe señalar que, aunque algunas personas los confunden, pensando que se trata de la misma cosa, el aprender a diferenciarlos te dará un beneficio adicional para tu bolsillo.

Gustos vs necesidades

Lo primero que debes tener en cuenta, es que tanto los gastos hormiga como los gastos vampiro, forman parte del rubro de los gastos por gustos de las personas y no al de necesidades.

Asimismo, se debe entender como una necesidad es algo que es indispensable para vivir, como el agua, comida, ropa, calzado, vivienda, etc. De esta forma, lo que no es indispensable entra al rubro de gustos, como lo son las salidas al cine, ir al bar con los amigos, consolas de videojuegos, gadgets electrónicos, etc.

De igual manera, cualquiera de los ejemplos anteriores pueden entrar en la categoría de los gastos hormiga y vampiro, pero vamos a darte las características de cada uno.

¿Qué es un gasto hormiga?

Podemos decir que este concepto fue el primero que comenzó a utilizarse para hacer referencia a los gastos innecesarios y hoy es muy común que las instituciones y organizaciones ya los llamen de esta manera.

Las características de este tipo de gasto son:

  • Gastos muy pequeños, que pasan casi desapercibidos, como las hormigas, y uno tras otro que acumulados se vuelven una cantidad importante.
    • No se realizan de manera periódica, es decir: se pueden dar de manera espontánea y pasar desapercibidos hasta que hacemos un recuento de los mismos.
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Algunos ejemplos claros de los gastos hormiga se encuentran:

  • Comidas y antojitos, botanas, cigarros, alcohol, dulces, refrescos, chicles, botellas de agua, etc.
  • Pequeños pagos, boleada de zapatos, el pago de estacionamiento, propinas a empacadores etc.
  • Desembolsos por descuidos, pago de transporte privado (Uber, Cabify, Didi), comisiones por pago tardío en la tarjeta de crédito (TDC) o retraso del pago de mensualidades, comisiones por pago de servicios en tiendas de conveniencia o supermercados (luz, teléfono, agua, internet, gas, un depósito o recarga de celular).

¿Qué es un gasto vampiro?

Ahora bien, un gasto vampiro, de acuerdo con Daniel Urías, de Cooltura Financiera (quien fue el primero en utilizar dicho término), son aquellos “desembolsos que son mayores a los hormiga pero también innecesarios en la mayoría de los casos. Hormiga por si solo te suena a poco, le restas importancia. En cambio, un gasto vampiro te chupa el dinero hasta dejar sin vida tu cartera.

La importancia de este tema es crucial, pues hay que concientizar a las personas de que los gastos vampiro, a diferencia de los hormiga, se realizan de manera periódica y representan hasta un 30% del ingreso mensual, que, si se suma al año nos da una cantidad importante”.

Dicho lo anterior, los gastos vampiro son:

  • Gastos ya incorporados en nuestra rutina diaria o dentro de los gastos mensuales, pero que no son aprovechados al 100%.
  • Suelen ser cantidades más grandes que los gastos hormiga, ya que a diferencia de los 10 o 20 pesos de una botana o propina, los vampiro pueden ir desde los 100 pesos hacia arriba.
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Los ejemplos más característicos son:

  • Los planes de telefonía celular de alto costo.
  • Mensualidades o suscripciones a plataformas streaming de películas, música o videojuegos.
  • Televisión por cable.
  • Membresías de clubs o gimnasios (cuando no asistes).
  • Seguros innecesarios o que no sabías que tenías (los contratados en el cajero automático).

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