En reiteradas ocasiones te hemos señalado en Mundo Ejecutivo el valor que han adquirido recientemente las monedas y billetes viejos y de colección, llegando a alcanzar un precio muy por encima del que tengan grabado en él.

Es así que si tienes en tu poder alguno de estos objetos del deseo, puede ser que tengas entre tus manos un pequeño tesoro.

Puede tratarse de cualquier denominación, ya que lo que importa son las características de conservación y otros elementos que vuelvan único a cada pieza.

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Monedas de 1 peso, un pequeño tesoro

En esta ocasión, te hablamos de una moneda de un peso la que podría cambiarte la vida, ya que en internet se ofertan algunos de estos ejemplares que se venden hasta por 10,000 pesos.

Uno de estas monedas fue acuñada en el año de 1993, año en el que salieron de circulación los “viejos pesos” para dar paso al dinero que conocemos actualmente, nombrados en aquel momento “nuevos pesos”.

Dado que han pasado ya varios años desde que entraron en circulación estas monedas, es difícil que llegues a encontrar algún ejemplar del primer año de acuñación, sin embargo si lo haces o mejor aún, tienes una guardada, puede que un coleccionista esté dispuesto a ofrecerte una buena suma por ella.

Otro tipo de moneda que puede darte buenos dividendos, es aquella que tiene algún error de fabricación. Basta con solo revisar algunos portales de ecommerce en la web, para encontrar monedas que llegan a ofertarse desde los 4,000 pesos hasta los 10,000 pesos.

La última opción, es una mezcla de las dos anteriores, ya que consta de tener en tu poder un “nuevo peso” que además, tenga algún error de acuñación.

De ser ese el caso, entonces te encuentras frente a una moneda que te dará fácilmente el doble o el triple su valor del que está ofertado en páginas web.

Elemento más importante; el año de acuñación

Sin embargo, debes recordar que el elemento más importante que aumentará el valor de este tipo de monedas, es el año de fabricación, debido a que es el principal atractivo para los coleccionistas.

De igual manera, si llegaras a tener la casualidad de toparte con una moneda cuyo año de acuñación sea 1980, ten por seguro que estás frente a un verdadero tesoro.