Supuesto espía de Assange lo acusa de visitas de riesgo para Ecuador

Supuesto espía de Assange lo acusa de visitas de riesgo para Ecuador

El principal imputado en España por espiar a Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, defendió que su empresa analizó por orden del Gobierno de ecuatoriano el “riesgo” de visitas “peligrosas” que recibía el activista, algunas de las cuales estaban relacionadas con el movimiento independentista catalán.

David Morales, dueño de la empresa UC Global, que se encargó de la seguridad de la embajada de Ecuador entre 2015 y 2018, presentó un escrito en la Audiencia Nacional de España en el que niega el espionaje y acusa a Assange de “injerencia” en la política española y del país sudamericano.

Un juez de España lo investiga por los indicios de que las reuniones personales del fundador de WikiLeaks con sus abogados o con representantes diplomáticos mientras estaba refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres fueron grabadas, para presuntamente después transferir la información, incluso, se dice que ordenó tomaran las huellas dactilares del activista.

Se trata de un presunto espionaje que se investiga si alcanzó al expresidente de Ecuador Rafael Correa. Morales alega que por orden de los servicios de inteligencia y del Gobierno de Ecuador “se informó y analizó el riesgo y repercusiones” de algunas visitas “polémicas” de Assange que suponían un “riesgo” para la Embajada y para la “política exterior” ecuatoriana.

El fundador de WikiLeaks estuvo refugiado en la embajada de Ecuador casi siete años, hasta que fue detenido por fuerzas del Reino Unido en abril de 2019, después de que le fuera retirara la protección diplomática.

Entre las visitas que recibió Assange durante su estancia en la legación diplomática, el imputado menciona la de dos personas que presuntamente vinculadas a un supuesto desvío de fondos públicos para financiar los gastos del expresidente independentista del Gobierno de Cataluña Carles Puigdemont en Bruselas.

También cita la visita Amir Taaki, programador informático británico, o del líder del Partido del Brexit, Nigel Farage, y otras supuestamente de personas “relacionadas con inteligencia y órganos de desinformación de Rusia”.

Morales afirma que “no existe evidencia” de grabaciones de las reuniones del activista para transferir la información a Estados Unidos, y alega que una grabación captada supuestamente por un micrófono escondido en la base de un extintor respondía a “unas pruebas de audio de carácter técnico” que no captaron ninguna conversación.

Su defensa sostiene también que una grabación aportada por Assange estaría “manipulada” con una conversación superpuesta.

Assange ratificó en diciembre pasado ante el juez español que fue grabado y escuchado sin su autorización en una operación “eventualmente coordinada por Estados Unidos”.

Morales, detenido en 2019 por estos hechos, califica las acusaciones en su contra como un “montaje” orquestado por Assange y varios trabajadores que tenían un conflicto laboral con él.

También insiste en que la acusación busca “entorpecer” el proceso de extradición a Estados Unidos por la filtración de documentos confidenciales al que se encuentra sometido el activista, ahora en prisión en Reino Unido y cuyo desenlace se conocerá en enero.

Assange, detenido en Londres en 2010 a petición de Suecia por presuntos delitos sexuales que luego fueron archivados, se refugió en la embajada de Ecuador en junio de 2012 para evitar ser extraditado a Estados Unidos pero, tras ser expulsado de la legación y detenido por la Policía británica, se enfrenta a esa posible extradición, ya que las autoridades de Washington lo reclaman por 18 delitos de espionaje e intrusión informática, lo que conllevaría hasta 175 años de cárcel.

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Con información de EFE