La Agencia Espacial Europea (ESA) dio su visto bueno al lanzamiento a partir de 2030 de una nueva misión a Venus, EnVision, con la que se quiere tener una visión “holística” del planeta, desde su núcleo hasta la atmósfera superior.

Ese nuevo orbitador buscará determinar cómo y por qué Venus y la Tierra evolucionaron de forma tan diferente a pesar de tener aproximadamente el mismo tamaño y composición, hasta el punto de que Venus, en lugar de ser habitable, tiene una atmósfera tóxica y está envuelto en densas nubes ricas en ácido sulfúrico.

El Comité del Programa Científico de la ESA seleccionó hoy esa misión y su lanzamiento está programado para 2031, con dos nuevas posibilidades en 2032 y 2033.

Desentrañar la historia de Venus podría servir para calcular “qué destino tendría la Tierra si sufriera un efecto invernadero catastrófico”, y su análisis podría desentrañar otras cuestiones clave, como si sigue siendo geológicamente activo o si podría haber albergado un océano e incluso sustentado vida.

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La agencia precisó que el orbitador estará equipado con un conjunto de instrumentos europeos que incluyen una sonda para revelar las capas subterráneas y con espectrómetros para estudiar la atmósfera y la superficie.

Los espectrómetros controlarán las trazas de gases en la atmósfera y analizarán la composición de la superficie, buscando cualquier cambio que pueda relacionarse con señales de vulcanismo activo.

Asimismo, un radar proporcionado por la agencia estadounidense NASA tomará imágenes de la superficie y la cartografiará.

Su experimento radiocientífico sondeará la estructura interna de ese planeta y su campo gravitatorio, además de investigar la estructura y composición de la atmósfera, lo que facilitará la buscada visión global.

Con información de EFE