California usa lo último en tecnología para luchar contra la sequía

California usa lo último en tecnología para luchar contra la sequía

California, la meca de la industria tecnológica en el mundo, vive este año una intensa sequía que puede llevar a devastadores incendios y cortes en el suministro de agua, un problema que los emprendedores locales buscan disminuir de la tecnología, la mejor forma que conocen: usando como armas el software y el hardware.

Luego de un 2020 de pesadilla en el que se declararon cinco de los seis mayores fuegos en la historia en California, la temporada de incendios de este año, que justo comienza en el verano, se prevé igual de peligrosa, dada la situación de sequía extrema tras un invierno sin apenas lluvia y nieve.

“Para poder prevenir un incendio, hay que saber de antemano dónde existen los mayores riesgos”, explica Jon Gaster, consejero delegado de KSI Data Sciences, una de las startups que se lanzaron a ayudar a los departamentos de Bomberos para que no se repita lo ocurrido el año pasado.

Grabaciones en tiempo real

La empresa de Gaster creó un software que unifica en una misma plataforma en la nube y a tiempo real las retransmisiones provenientes de múltiples dispositivos como drones, móviles o cámaras de videovigilancia, de tal forma que desde la central de bomberos se pueden monitorear a la vez todas estas fuentes.

“La idea es ingerir el video tan rápido como sea posible, moverlo a la nube y distribuirlo a la gente en un entorno que haga la colaboración fácil. Es como una reunión de Zoom, pero mucho más compleja y con una latencia (retraso en la transmisión de los datos) muy, muy baja”, apunta el máximo responsable de KSI.

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La inmediatez de los datos resulta clave para un software de estas características (como el que ya han probado los departamentos de Bomberos de Nueva York y Los Ángeles) porque permite seguir el desarrollo de los hechos y tomar al instante decisiones que pueden ser clave.

Sobre todo, en un contexto en el que las condiciones son las más extremas de las últimas dos décadas; según el Monitor de Sequía de Estados Unidos, prevé que las temperaturas se mantengan por encima de lo normal en estas fechas hasta la próxima semana en gran parte del territorio californiano.

Aprovechar mejor el agua, clave

Otra de las grandes preocupaciones en la costa suroeste de Estados Unidos son los temidos cortes de suministro de agua, una situación cada vez más habitual en esas latitudes.

Para rebajar el número de interrupciones, la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) trabaja en diferentes proyectos para mejorar los procesos de captura de aguas pluviales, la reutilización de aguas residuales y la desalinización de agua del océano.

Para Eric Hoek, que lidera la UCLA Sustainable LA Grand Challenge, una iniciativa para transformar Los Ángeles en la primera megaciudad sostenible para 2050, la mejor de las opciones es recuperar el agua de la lluvia.

Hoek explica que la poca lluvia que cae en California es agua de “muy alta calidad” que en vez de ser desviada hacia el océano o los ríos, debería ser capturada y tratada en la misma superficie para convertirla en agua potable.

Según Hoek, pese a que ésta es la primera opción para reutilizar el agua, la realidad es que las precipitaciones de lluvia en el invierno, cuando es la temporada húmeda en California, han estado muy por debajo de lo habitual, con niveles que no llegan ni al 45 % de lo normal en localidades como Los Ángeles, Long Beach, San Francisco y San José.

Es por eso que las otras opciones, aunque son menos populares, también se encuentran por encima de la mesa con iniciativas impulsadas por la UCLA con estudiantes, compañías e inversiones tanto públicas como privadas.

“No deberíamos considerar ninguna de estas aguas un desperdicio: son un bien legítimo y viable que podemos convertir en una fuente para nuestros recursos hídricos, especialmente dadas las condiciones de sequía”, justifica en una entrevista Hoek, también profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

Con información de EFE


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