Carreras de coches voladores: la F1 del futuro

Carreras de coches voladores: la F1 del futuro

Con futuristas coches eléctricos voladores, el desierto del sur de Australia albergó la semana pasada las primeras pruebas que acercan un paso más la creación en 2022 de una especie de Fórmula 1 aérea.

El Airspeeder, como se conoce a estos aparatos mitad deportivos, mitad helicópteros, fabricados por la empresa aeronáutica australiana Alauda, puede alcanzar los 130 kilómetros por hora gracias a sus potentes ocho hélices.

“Tenemos previsto organizar (carreras) en Estados Unidos y Asia en los próximos 18 meses”, declaró Matt Pearson, fundador de la matriz de Airspeeder, durante una visita de la Asociación de la Prensa Extranjera de Australia, un centro de innovación empresarial en Adelaida.

“Y eventualmente quiero cumplir mi sueño de correr en Mónaco”, agregó el emprendedor australiano.

Para esta carrera preliminar, que se celebró en un lugar no revelado de Australia del Sur, se utilizó el modelo Mk3, un aparato de 100 kilogramos operado de forma remota por un piloto y presentado en febrero pasado.

Te puede interesar: Abu Dabi coronará a Hamilton en cierre del Mundial de la F1

Los organizadores resaltaron el éxito de la cita y el enorme potencial tecnológico que puede suponer, incluso, los promotores ya planean para este mismo año una primera serie de carreras, denominadas EXA.

La EXA estará precedida por una pretemporada, donde participarán ocho corredores de Airspeeder, agrupados en cuatro equipos, y compuesta por tres eventos en “lugares inaccesibles para los deportes de motor tradicionales”.

La idea de la empresa es que a partir de 2022 se utilicen los modelos Mk4, pilotados desde su interior, para estas carreras voladoras.

Hasta a 30 metros del suelo

Los vehículos MK3, que pueden adelantar tanto por los lados como de forma vertical, están equipados con un sistema eléctrico de 96 KW para recorrer una pista de carreras de 2 por 2 kilómetros, que tendrá una banda de 3 kilómetros como zona de seguridad.

En esta especie de Fórmula 1 aérea, los AirSpeeder tienen un sistema de despegue y aterrizaje vertical, así como múltiples radares y sensores para evitar accidentes, además de que se desplazan por el circuito a una altura de entre 10 y 30 metros de la superficie.

Foto: EFE

Las carreras de los Airspeeder, cuyas unidades se fabrican con la participación de empresas como Mclaren o Boeing, también incluirán paradas para permitir que los ingenieros puedan cambiar las baterías de los coches, de forma rápida y segura, lo que equivale al cambio de ruedas de las carreras de coches.

Asimismo, los mecánicos podrán optar por las baterías que mejor se adapten a las necesidades de la carrera, entre unas más ligeras que permitan una mayor velocidad, o más potente con una duración mayor, según el tipo de estrategia de los coches.

David Wareing, jefe de ingeniero de sistemas de Alauda, reconoce en un video promocional la limitación de las baterías en los coches debido al peso y a la duración de estas.

Aunque destaca la seguridad de los coches, los cuales son controlados en todo momento mediante los datos de telemetría, y de los trazados, donde establecerán un sistema de radares y sensores para asegurarse que los aparatos aéreos permanezcan dentro de los límites establecidos.

Contra el cambio climático

Según los promotores de esta competencia futurista, las carreras se celebrarán a través de las dunas del desierto, tundras heladas y zonas costeras tropicales.

Los organizadores se comprometen a dejar intacto el entorno medioambiental, sin la construcción de gradas para el público porque el evento será retransmitido vía internet por las cámaras colocadas en el coche, zonas seleccionadas del recorrido y aéreas.

En marzo, Airspeeder y su fabricante Alauda se unieron al programa “Deportes para la Acción Climática” de la ONU con el fin de reafirmar su posición en la lucha contra las emisiones de gases que producen el efecto invernadero.

Con información de EFE


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.